Viaje infame a Cancún

Viaje infame a Cancún es una novela de fácil lectura (también podría ser el guion de una película o el texto de un vodevil dramático) que, con una notable parquedad de elementos argumentales, atrapa al lector hasta un punto tal que este, sopesando pros y contras, misoginia y antropofagia, se ve obligado a tomar partido entre dos personajes, Uan Casanova y Mónica Escorpí, que han emprendido lo que debía ser un idílico viaje a los paradisíacos paisajes del Yucatán. Pero los compromisos que Uan ha contraído con la vida son otros de los que Mónica, veintisiete años menor, siente como propios, y esta disparidad, enmarcada en el Caribe y en lo que se podría llamar erótica-ficción, les conduce a vivir una hi-toria de amor y desamor, de compromiso y de traición, de pasión sexual y frigidez premeditadas; una historia tan patética como hilarante. Los veintisiete años que los separan no solo son una distancia cronológica, sino que establecen dos visiones distintas del mundo que los inmovilizan y alejan. La necesidad perentoria de desembocar en un final, la sensación de que el libro puede terminar en cualquier momento (por ejemplo, con un tiro de revólver o, lo que es lo mismo, dejando en blanco las páginas siguientes) le proporciona un cierto cariz de novela negra en la que el coito, o cualquiera de sus aproximaciones, se convierte en cuerpo del delito. Pero también, y dada la presunción de inocencia que cada uno de los protagonistas se atribuye a sí mismo, Viaje infame a Cancún es una meditación moral que trasciende una historia concreta para obligarnos a reflexionar sobre el amor y el sexo.