Primera experiencia. Cuatro historias del país de los niños se publicó en 1911 en la editorial Insel de Leipzig. Enseguida se convirtió en un éxito de ventas, pues los cuatro relatos que contiene tocaron las fibras más sensibles de los lectores. Cada uno a su manera, recrean experiencias de niñez relacionadas con la sexualidad.
En Historia en el crepúsculo, un adolescente se ve asaltado de noche por una mujer desconocida que busca su amor; el escenario es el jardín de un castillo de Escocia. Mediante un ardid, el muchacho intentará averiguar la identidad de la misteriosa aparición.
En La institutriz, las dos niñas protagonistas asisten atónitas a una tragedia que sucede en su tranquilo hogar burgués, pero no aciertan a explicarse lo ocurrido: hay un oscuro misterio que se les escapa.
Ardiente secreto es uno de los relatos más conocidos de Stefan Zweig. Llevado al cine en varias ocasiones, narra una historia de seducción y desasosiego; en ella, el niño Edgar aprenderá que en la vida de los adultos existe un«secreto» que es la clave de la existencia y causa de mentiras y sufrimientos.
La última de las historias, Novelita de verano, recrea un episodio sentimental ambientado en el espléndido paisaje del lago Como, en Italia. Una jovencita es seducida por las epístolas amorosas de un remitente anónimo.
Estos cuatro relatos muestran que Stefan Zweig supo ponerse en el lugar de los niños para observar el mundo de los adultos con mirada crítica, y reflejan ese afán que siempre caracterizó al afamado escritor austríaco: desenmascarar la hipocresía de las convenciones sociales.
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