La libertad de expresión es un derecho fundamental para garantizar que todos podamos exponer nuestras ideas y opiniones. Respetar este derecho es necesario para mantener un verdadero diálogo con los otros y es la base de toda verdadera democracia. Sin embargo, casi la mitad de la población mundial no puede hablar de forma abierta ni tiene acceso a una información completamente libre. Pequeños grandes gestos por la libertad de expresión rinde homenaje a una serie de personas que lucharon por dar voz a los que no la tenían y a todos aquellos que, todavía hoy, son perseguidos por expresar lo que piensan.
Francisco Llorca (1980) es historiador, librero y cuentista. En su infancia se paseaba por la orilla del mar con un gorrito rojo à la Jacques Cousteau. Dilapidó su juventud en el madrileño barrio de Malasaña con sus amigos antes de abrir con ellos la librería Tipos Infames, un sitio en el que ocurren cosas. Hace poco se mudó a Barcelona desde donde sigue intentando contagiar su entusiasmo por los libros a todos aquellos que le rodean.
Mireia Vila (1982) es licenciada en Publicidad y RRPP. En 2011, da un vuelco a su carrera y convierte su afición, la pintura, en su profesión. Desde entonces hace retratos por encargo como los de Carme Ruscalleda, los Hermanos Roca y Seymour Hoffman, entre otros.
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