¿Cuál es la diferencia entre el bien y el mal, lo justo y lo injusto, lo correcto y lo equivocado, la locura y la cordura?
Machado de Assis, padre de la literatura brasileña, se pasó la vida tratando de dar respuesta a estas preguntas, que son moduladas de manera ejemplar en la obra cumbre de su narrativa: Memorias póstumas de Brás Cubas. En ella, hasta la vida es concebida relativamente, pues está escrita por un difunto que narra su propia historia.
Joaquim María Machado de Assis (Río de Janeiro, 1839-1908), descendiente de esclavos libertos, fue hijo de un mulato, pintor de brocha gorda, y de una lavandera portuguesa, originaria de las Azores. Asistió a la escuela pública, pero pronto hubo de abandonar sus estudios. Machado fue sucesivamente impresor, censor teatral, periodista y empleado público. Fundó y presidió la Academia Brasileña de Letras hasta su muerte. Si Machado se tuviera que describir a sí mismo como a uno de sus personajes podría resumir su vida diciendo que se vio acosado por la mala salud y un persistente tartamudeo desde muy joven, que se quedó huérfano muy pronto y que de adulto contrajo epilepsia. Amó la música y la filosofía. Admiró a Schopenhauer, a Pascal y a los novelistas ingleses del XVIII Este clásico de la literatura universal nos ha legado una obra compuesta por nueve novelas, 200 cuentos, más de 180 poemas y una serie de crónicas y piezas de teatro.
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