El 21 de noviembre de 1869 un estudiante radical de la Escuela de Agricultura de Moscú, Iván I. Ivánov, era asesinado por cinco de sus compañeros, miembros de la sociedad secreta Justicia Popular, que tramaba una revuelta para el 17 de febrero de 1870 (noveno aniversario de la liberación de la servidumbre). Dostoievski se inspiró en este hecho para Los demonios (1872), tal vez la primera novela sobre una «célula terrorista». Aunque la intencionalidad política es evidente, el caos y la destrucción que recrea surgen de una sátira de costumbres tan hilarante como hiriente que poco a poco se va transformando en una tragedia clásica. La nueva traducción de Fernando Otero recupera en su integridad el gran estilo y la fuerza de atracción de esta obra maestra.
Fiódor M. Dostoievski nació en Moscú en 1821. En 1845 publicó su primera novela, Pobre gente y posteriormente La aldea de Stépanchikovo y sus habitantes (1859), Humillados y ofendidos (1861) y Memorias de la casa muerta (1862) Tras una vida nómada y trágica, desde la publicación en 1866 de crimen y castigo, su prestigio y su influencia fueron centrales en la literatura rusa, y sus novelas posteriores no hicieron sino incrementarlos: El jugador (1867), El idiota (1868), El eterno marido (1870), Los demonios (1872), El adolescente (1875) y, especialmente, Los hermanos Karamazov (1879-1880). Sus artículos periodísticos se hallan recogidos en su monumental Diario de un escritor (1873-1881). Murió en San Petersburgo en 1881.
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