Situándose en la tradición del ensayista que desde Montaigne tiene licencia para hablar desde sí mismo, Martín Cerda hace la historia del género en las dos monumentales obras recogidas en este volumen: La palabra quebrada. Ensayo sobre el ensayo y Escritorio, los dos únicos libros que publicó en vida. Cerda cultivó el ensayo con lucidez, y en las páginas de esta publicación establece sus pretensiones estéticas. Penetra, también, en los rasgos de las sociedades que hicieron posible y exigieron un género nuevo —el ensayo— que diera cuenta de un nuevo estado de cosas, de un cierto desacomodo y extrañeza por parte del individuo en la sociedad moderna.
Prólogo de Martín Hopenhayn
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