«Puede llegar a dar la impresión –afirma Denis Huisman en este libro– de que hablar de arte no sea considerado una actividad seria: ese es un curioso prejuicio enraizado en mucho filósofo que, mientras sonríe, repite con gusto, haciéndolo suyo, ese dicho de Paul Valéry: Todo aquello que se refiere a la estética es dudoso… Pero, ¿acaso no se trata aquí del mismo autorque afirmaba que TODA la Filosofía no era más que un puro y simple juego de ideas? Hay que decir que, en verdad, la Filosofia del Arte es solidaria con todas las ramas de la Filosofía. Sin embargo, muchos metafísicos se burlan de la Estética, debido a su falta de puntos de referencia con lo Concreto.
«La Moral se fundamente en la Acción, la Lógica en la Ciencia; ahora bien, la Estética, ¿no se fundamentará en el Arte? ¿No se trata acaso de cosas semejantes? (…) Frente al verbalismo que caracteriza al siglo XIX, el siglo XXI tendría que ser capaz de establecer un avance o un cambio radical: es preciso instaurar una Estética de laboratorio. Ya que para la Estética de hoy no existen más que dos posibles alternativas: irse consumiendo en el pathos, o convertirse en una ciencia«.
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