Entretenimiento masivo, distractor popular, fiesta colectiva, deporte de multitudes, «opio del pueblo», señal de identidad, el fútbol es al mismo tiempo un gran y complejo mercado económico que abarca el intercambio de bienes y servicios, las relaciones laborales y el sector financiero. Todos los agentes que están presentes en cualquier industria se dan cita en el fútbol: empresas –equipos–, consumidores –aficionados–, intermediarios –agentes de jugadores–, reguladores –la FIFA y los gobiernos nacionales–, trabajadores –futbolistas–, bienes de capital –estadios e instalaciones deportivas–, estrategias de mercadotecnia, agencias calificadoras –que evalúan la salud económica de clubes y ligas y hacen pronósticos de resultados–, agentes financieros –que suministran créditos a los equipos– y un amplio entramado mediático que difunde el producto del futbol a escala planetaria en la era de la globalización económica.
El interés profesional de los economistas en los deportes inició a mediados del siglo XX cuando se profesionalizaron los torneos entre equipos en Estados Unidos; más adelante se desarrollaron en Inglaterra los primeros estudios económicos del balompié.
Este libro subraya la relevancia económica del fútbol y a la vez pone énfasis en cómo las decisiones económicas inciden sobre lo que ocurre en el terreno de juego. Desde esa perspectiva, señala que en México hay un campo abierto para que a partir de una mejor organización y regulación económica mejore la calidad de nuestro fútbol.
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