Poesía que reflexiona sobre el oficio creador; poesía que refleja la agonía moral y el deterioro del individuo perdido en la multitud; obra que se interroga sobre el pasado y el sentido de la historia; obra que explora en el lenguaje coloquial, el pensamiento dramatizado y la ironía; work in progress que se construye poema a poema pero en la cual todos ellos están relacionados, son algunas de las particularidades que le dan a la literatura de Kavafis un sello inconfundible.
En Kavafis íntregro, Miguel Castillo Didier nos entrega un minucioso ensayo que recorre los diversos aspectos del poeta de «Itaca», seguido de una cuidada traducción del corpus total de su obra, labor que en esta, su versión definitiva, condensa más de cuarenta años de dedicación al poeta alejandrino.
Es un anciano. Agotado y giboso,
estragado por los años, y por intemperancias,
con paso lento atraviesa la calleja.
Y sin embargo cuando entra a su casa para ocultar
su ruina y su vejez, considera
la parte que él aún posee en la juventud.
Adolescentes ahora los versos suyos recitan.
Por los vivaces ojos de éstos pasan las visiones suyas.
Sus espíritus sanos, voluptuosos,
sus cuerpos armoniosos, firmes,
se conmueven con su propia expresión de la Belleza.
Muy raramente
El cuarto era pobre y sórdido,
oculto en los altos de una taberna equívoca.
Desde la ventana se veía la calleja,
sucia y estrecha. Desde abajo
llegaban las voces de algunos obreros
que jugaban a las cartas y que se divertían.
Y allí en la humilde cama, ordinaria
poseí el cuerpo del amor, poseí los labios
voluptuosos y rojos de la embriaguez —
rojos de tal embriaguez, que también ahora
cuando escribo, ¡después de tantos años!,
en mi casa solitaria, me embriago nuevamente.
Una noche
Traducción, estudios y notas de Miguel Castillo Didier
Ver más