La memoria es la base de nuestra personalidad, de nuestra inteligencia emocional y de nuestras relaciones familiares y sociales. La memoria define los parámetros de nuestra existencia, pero, paradójicamente, también puede llegar a confirmar su inanidad. La demencia, en su sentido más amplio, hunde sus raíces en la destrucción de la memoria. Hay muchas formas de locura, pero la más cruel de sus manifestaciones es la que lleva el nombre del médico alemán que la identificó por primera vez en 1906: Alois Alzheimer.
Hasta hace muy poco, el Alzheimer era una enfermedad a la vez polémica e ignorada. No había acuerdo sobre sus síntomas fundamentales ni sobre sus causas. Pero lentamente, gracias a la identificación de “placas y nódulos” en el cerebro geriátrico, el Alzheimer se ha convertido en una nueva plaga que afecta ya a millones de personas y que amenaza a la población mundial con la aparición de un nuevo caso cada cuatro segundos. Una de cada tres personas tendrá esta enfermedad en algún momento de su vida. Solo en el Reino Unido hay actualmente 850.000 personas diagnosticadas con esta enfermedad; seis millones de personas en toda la Unión Europea y cuatro millones de norteamericanos la tienen. Y es previsible que estas cifras se hayan multiplicado por dos antes del 2030. Con el envejecimiento de la población mundial, el Alzheimer está en camino de superar al cáncer como segunda causa principal de muerte después de las enfermedades cardiovasculares.
El neurocientífico Joseph Jebelli ha escrito un libro que cualquiera que se haya visto afectado por el Alzheimer, personalmente o a través de un amigo o familiar, necesita leer.
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