«La labor que trato de realizar es, por el poder de la palabra escrita, hacer que ustedes oigan, hacer que ustedes sientan, es, ante todo, hacer que ustedes vean. Nada más que eso; y eso lo es todo».
Conrad nos deleita con una original aventura que se desarrolla entre la humedad de los muelles y la espuma de los naufragios, y nos adentra, con deslumbrante intensidad, en los más oscuros recovecos del alma humana.
Una magistral novela del autor de El corazón de las tinieblas, con el mar, el omnipresente mar, como telón de fondo. Una historia dentro de una historia, una memorable galería de personajes, y un desenlace tan vertiginoso como sorprendente.
Joseph Conrad, protagonista de una intensa vida literaria y viajera, nació el 3 de diciembre de 1857 en Berdyczów (actual Ucrania). Su infancia transcurre en Varsovia, en el seno de una familia culta, patriota y aristocrática, empobrecida por las circunstancias políticas de Polonia, ocupada a la sazón por Rusia.
Desde los 17 años, en que se embarca por vez primera, y a lo largo de más de dos décadas, viaja por todo el mundo. Aprendió inglés a los 21 años, lengua en la que se expresó y escribió con excelencia. Obtuvo la nacionalidad británica en 1884. A los 38 años abandona su carrera marítima para dedicarse a la literatura. Los personajes de sus novelas se deslizan por la línea de sombra que preside el destino humano, frontera entre el bien y el mal, entre la honra y el deshonor, y que en palabras del escritor, solo un hombre en «estado de gracia» es capaz de superar.
La locura de Almayer (1895), El negro del Narcissus (1897), Lord Jim (1900), El corazón de las tinieblas (1902), Nostromo (1904), El duelo (1907), La línea de sombra (1917), El rescate (1920) y El pirata (1923) son sus obras más memorables.
Murió en 1924 de un ataque al corazón. En su lápida del cementerio de Canterbury figuran los siguientes versos: «El sueño tras el esfuerzo, tras la tempestad el puerto, el reposo tras la guerra, la muerte tras la vida harto complacen».
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