Hacia el final de su autobiografía Without Stopping, Paul Bowles alude a Borges al explicar las incertidumbres de la memoria: Borges pone una moneda en la mesa y la llama imagen. Luego pone otra sobre la primera y la llama primer recuerdo de la imagen. La siguiente moneda es el recuerdo de aquel recuerdo, y así sucesivamente. Algo similar le ocurre a Armando Uribe al enfrentarse con su pasado reciente y constatar que los hechos se desdibujan, aun con el poco tiempo transcurrido. Pero Uribe se rebela elevando la voz por sobre el bullicio del presente, y en este verdadero examen de conciencia que constituye De memoria. By heart. Par coeur desgrana minuciosamente sus años de vida, desde 1990 al 2006, pagando así la deuda que había contraído con su anterior libro de recuerdos Memorias para Cecilia, que solo llega hasta 1988.
Sin duda era esencial que Uribe diera su sentencia, implacable, acerca de la transición a la democracia. Todo le interesa y le aplica el cedazo de sus opiniones: los encuentros con los amigos y los enemigos, las amargas decepciones del retorno tras el destierro, la angustia ante la muerte de Cecilia y la propia que avizora… Asimismo, quiso exponer la trastienda de su proceso creativo a través de una memoria sin ataduras cronológicas, a un mismo tiempo puede hablar de la infancia como de la vida adulta o la vejez, porque en este aparente caos (en el cual el relato de sus sueños es revelador) encuentra las claves del inconsciente y de la poesía.
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