«No hay uno solo de los cuentos de Rudyard Kipling, que no sea, a mi parecer, una nueva y suficiente obra maestra». Jorge Luis Borges
Rudyard Kipling es uno de los autores más amenos de la historia de la literatura. La capacidad de seducción de su escritura, su habilidad para conducir al lector a través de complejas y divertidas historias, su poder de evocación de paisajes y personajes resultan incomparables. Kipling posee la mirada limpia de un niño y la engañosa facilidad de hacer sencillo lo complejo.
Escritos con un lenguaje directo y vigoroso, los Cuentos de la Alta India constituyen una magistral crónica sobre la vida y las gentes de la India desde la perspectiva de un occidental. Rudyard Kipling, como gran contador de historias, como un Tusitala moderno, supo transmitir emoción, entusiasmo y, fundamentalmente, sensatez y cordura para entender que la convivencia intercultural sería fundamental para un armonioso desarrollo del mundo.
Joseph Rudyard Kipling nació en Bombay (India), ciudad a la que dedicó su primer libro de poemas, The Seven Seas. A los veintidós publicó su primer volumen de relatos, Cuentos de las colinas (1887). Ambientados en la India, y escritos en un lenguaje directo y vigoroso, revelan un agudo espíritu de observación, una exuberante capacidad inventiva y una habilidad especial para la descripción de personajes. Sus primeros temas fueron el mar, los animales, los aventureros y los soldados; los últimos, las enfermedades y la venganza.
Entre sus obras más conocidas destacan El libro de la Selva (1894), Kim (1901), El hombre que pudo ser rey (1888), o los poemas Gunga Din (1892) e If (1895). Varias de ellas han sido llevadas al cine. George Moore declaró que Kipling era, después de Shakespeare, el único autor inglés que escribía con todo el diccionario.
En 1907 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura «en consideración al poder de observación, original imaginación, fortaleza de ideas y notable talento para la narración». Fue el primer escritor inglés que recibió dicho galardón. Falleció en Londres, en enero de 1936, dejando un legado de cinco novelas, más de 250 historias cortas y 800 páginas de versos.
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