Arthur Bernède nació en la Bretaña francesa en 1871. Fue un escritor muy prolífico que no solo escribió numerosas novelas policiacas, históricas, de aventuras y de espionaje, sino también obras de teatro, libretos de ópera y guiones cinematográficos.
En 1919, viendo que el cine se abría paso como una nueva narrativa, fundó junto con el actor Louis Feuillade y el escritor Gaston Leroux, autor de «El fantasma de la Ópera» –con la que la presente novela guarda cierta relación–, la Sociedad Cinéromans, una empresa de nuevo cuño destinada a la producción tanto de novelas como de películas. Bernède adaptó al cine veinte de sus obras. La más popular, «Judex», narra el enfrentamiento de un justiciero contra los banqueros en defensa de una viuda y un huérfano.
Miembro de la masonería, luchó toda su vida por lograr el justo reconocimiento de los derechos de autor.
Su trama, llena de misterio y suspense, se inicia una noche en la que un vigilante del museo del Louvre sorprende en la Sala de los Dioses Bárbaros a un intruso enmascarado de pie junto a la estatua de Belfegor, dios de los moabitas. El agresor huye perseguido por el guardia y acaba esfumándose. Al día siguiente, la extraña figura vuelve a aparecer y ataca a otro vigilante dejándolo malherido junto a la estatua derribada. El inspector Menardier es encargado de la investigación oficial, pero también se verán implicados en el asunto Chantecoq, «el rey de los detectives», y el intrépido reportero Bellegarde.
En los dos meses que duró la publicación del serial, en Francia no se habló de otra cosa. Finalmente, en 1965, la televisión francesa emitió la mítica serie «Belfegor, el fantasma del Louvre».
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