«Siempre he creído en el amor como el único fundamento de la felicidad en el matrimonio, y mi opinión es que todos los matrimonios que obedecen a otros motivos son un auténtico crimen».
De esta manera condena Fielding la mayoría de enlaces de su época, cuando lo más común era casarse para obtener beneficios económicos o una más alta posición social. En todas sus novelas trata Fielding el tema de la virtud y la constancia en el amor, pero la peculiaridad de Amelia en relación a las anteriores (Tom Jones y Joseph Andrews) es que aquí ya no se aborda el problema de la tentación del soltero enamorado sino el de las tentaciones a las que se ven sometidas dos personas que, por amor, han contraído matrimonio.
Henry Fielding, junto a su contemporáneo Samuel Richardson, estableció la novela como género dentro de la literatura británica. Amelia, escrita en 1751, último de los trabajos narrativos de Fielding, se adelanta a lo que será la gran novela inglesa del siglo XIX.
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