Benjamín mira con desconfianza a su papá. Está convencido de que lo posee un alien. Su misión es descubrir las circunstancias en las que fue secuestrado por esa fuerza extraterrestre y tratar de reparar el daño. No descansará hasta descubrirlo. Sin embargo, el hallazgo de la verdad no es lo que esperaba. Con el pasar de las páginas, sale a la luz el misterio, un dolor que está más allá del entendimiento de Benjamín.
Dentro de papá vive un alien pequeñito que lo controla. Por eso hace cosas que no me gustan. Por eso se comporta como si fuera de otro planeta. Le grita a mamá y a mí casi no me habla. Da órdenes cuando llega del trabajo. Tiene hambre todo el tiempo. No le gusta salir a pasear ni nada de lo que hace la gente. No tiene amigos. Su plan es conquistar el mundo y debe empezar por nosotros. (…) Desde hoy voy a reunir señales para descubrirlo.
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