Desde su muerte en 1816, la obra de Jane Austen había ido ganando paulatinamente adeptos en los círculos literarios británicos. En 1870, James Edward Austen-Leigh, hijo del hermano mayor de la novelista, creyó que había llegado el momento de publicar un esbozo biográfico de su tía y, antes de que alguien ajeno a la familia se le adelantara, quiso escribirlo él mismo. Sus Recuerdos de Jane Austen fueron, pues, no sólo la primera biografía de la escritora, y durante mucho tiempo el texto en el que se basaron las demás, sino la primera defensa por extenso de sus obras, que en su tiempo muchos consideraron «insulsas y banales, faltas de colorido, y carentes por completo de aventuras e interés». James Edward Austen-Leigh reivindica precisamente las cualidades que hoy más apreciamos de la autora: sus novelas, dice, «son como fotografías en las que los rasgos no se suavizan». Con cartas, pequeñas composiciones juveniles e incluso un cómico «Esquema de una novela atendiendo distintas recomendaciones», esta breve biografía compone un delicado y divertido retrato familiar de una personalidad genial.
James Edward Austen-Leigh nació en Deane (Hampshire) en 1798. Su padre era el hermano mayor de Jane Austen, que en 1801 ocuparía la rectoría de Steventon, sucediendo a su padre, cuando éste se mudó a Bath. James Edward pasó, pues, gran parte de su infancia en la misma casa en que se había criado su tía Jane. Estudió en Oxford, se ordenó sacerdote y, como su padre y su abuelo, acabó siendo rector de una parroquia rural, en su caso, la de Bray, en Berkshire. En 1836 heredó la finca de Scarlets de una tía abuela, de la que tomó el nombre de Leigh, que añadió a su apellido. En 1865 publicó un libro que documentaba los cambios en las costumbres de la caza, Recollections of the Vine Hunt, cuyo éxito lo animó luego a escribir Recuerdos de Jane Austen (1870), la primera biografía de la escritora. Murió en 1874.
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