En una larga noche, dos hombres, dos soledades radicales, se reúnen en la mesa de un bar y dan rienda suelta a sus fracturas e historias de vida. Romilio Llanca, obrero sindicalista de Antofagasta, le pide consejo tras haber asesinado a su mujer al subdirector del diario local, Fernando Larraín Sanfuentes, un hijo de la clase alta que, alcoholizado, ha destruido a su familia y todo lo que ha estado a su alcance. En un contrapunto perfecto, cada capítulo alternará la narración de Llanca y el monólogo interior de Larraín sobre cómo han llegado a esa noche en la que parecieran concluir que no hay redención posible.
Novela de madurez, en Punta de rieles los recursos expresivos y la maestría estilística de Rojas llegan a su máximo esplendor. Si bien toda la obra de Rojas, ya sea su cuentística, su novelística o la poesía o el ensayo, son reflejo de un continuum, Punta de rieles destaca entre ella por la mirada feroz a las estructuras sociales y por explotar el hondo drama humano con una sutileza despojada de todo lirismo y con una economía de medios admirable.
Basada en personajes e historias reales que, según cuenta Rojas en el epílogo incluido en esta edición, le dieron vueltas por casi treinta años hasta cuajar, Punta de rieles confirma la urgencia de rescatar a Rojas de la categoría de lecturas escolares y devolverlo a la vida como un hito modernizador de la literatura latinoamericana.
En esta edición se incluye el texto de Rojas «Algo sobre Punta de rieles«De un lado hay algo, lo mínimo, del otro no hay nada. El triunfo de Manuel Rojas es que de este minimalismo surge su escritura, su técnica novelesca que conjuga no sin miedo pobreza y riqueza máximas, lo que con un verso de Martí llamó “la oscura vida radiante”».
César Aira
«Autores como Manuel Rojas y González Vera mostraban que el realismo no tenía por qué quedar enraizado en ningún tipo de criollismo, que el lenguaje artístico era suficientemente poderoso para desentrañar las “vidas mínimas” con rigor y veracidad, logrando así sentar las bases de la renovación literaria».
Ángel Rama
«El talento —“the gift”, como decía Nabokov— le sobraba […]. Manuel Rojas forma parte de una gran tradición de la narrativa latinoamericana que persiste —y persistirá— más allá de las modas, mientras exista nuestra literatura».
Ricardo Piglia
«Su arte hunde las raíces en el hombre, en el hombre mismo, y es el suceder de ese hombre (y no la anécdota de ese suceder) lo que vale para él».
Emir Rodríguez Monegal
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