En 1859, en la batalla de Solferino, el teniente esloveno Trotta salva la vida al emperador Francisco José. Es ascendido, condecorado y ennoblecido, y con los años su nombre aparece en los libros de Historia de las escuelas del Imperio austrohúngaro. Pero en ellos el episodio se narra deformado y Trotta, decepcionado, solicita el retiro y prohíbe a su hijo Franz ser soldado. La novela se convirtió en un hito de la literatura del siglo xx, por su genial escrutinio de los dos grandes pilares del Imperio —el ejército y la administración— y su crónica de una larga decadencia que, inadvertida para la vida reglamentada de sus protagonistas, conduce a la Primera Guerra Mundial. Mientras la Marcha Radetzky suena en ceremonias, tabernas y burdeles y todos los símbolos del Imperio parecen tener vida propia, se extienden los nacionalismos y los movimientos revolucionarios.
Joseph Roth nació en 1897 en Brody (hoy en Ucrania), en una familia acomodada de origen judío. En 1932, cuando ya había publicado nueve novelas, entre ellas La tela de araña (1923) y Job: historia de un hombre sencillo (1930), La Marcha Radetzky lo consagró. Siguió escribiendo novelas, como El peso falso (1937), La Cripta de los Capuchinos (1938; un extraño epílogo de La Marcha Radetzky) y La leyenda del Santo Bebedor (1939). Murió en un hospital de París, alcohólico y arruinado, en 1939.
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