«El corazón del hombre es doble; el egoísmo representa en él la contrapartida de la caridad; el individuo es la contrapartida de las masas; para su conservación, el ser cuenta con el sacrificio de los demás; los polos del corazón se hallan en el fondo del yo y en el fondo de la humanidad».
El heterodoxo y singular Marcel Schwob, indaga con portentosa habilidad y certera prosa, por temas y senderos narrativos abiertos por el mejor Stevenson, y camina por las fronteras que separan el bien y el mal, lo oscuro de lo luminoso, el hombre de su otra mitad, de esa otra parte enigmatica y profunda que nos completa. Nos encontramos ante unos relatos de gran hondura, unos textos poderosos y fascinantes, que trazados por Schwob, con un estilo narrativo único y deslumbrante, nos ofrecen un magistral volumen, en el que los elementos fantasticos, especulativos y mitologicos, se conjugan a la perfección, y nos trasladan hasta el corazón de la literatura y el hombre.
Marcel Schwob nació en Chaville en 1867 y creció en el seno de una familia de rabinos, médicos, letrados e historiadores. Pese a la brevedad de su vida (falleció en París en 1905, a los 38 años), Schwob fue, y sigue siendo, un escritor de culto. Lector apasionado y hedonista desde la infancia, fue uno de los escritores más refinados y sabios de su tiempo. Su curiosidad era insaciable; su erudición también. Sus amigos (Renard, Remy de Gourmont, Valéry, Colette, Claudel, Anatole France, Oscar Wilde, Stevenson) lo consideraban una biblioteca ambulante. El grueso de su producción literaria se concentra en seis años: Corazón doble (1891), El rey de la máscara de oro (1892), Mimes (1893), El libro de Monelle (1894), Spicilége (1896), La cruzada de los niños (1895) y Vidas imaginarias (1897). En sus obras subyace una obsesiva interrogación sobre la identidad e individualidad humanas. Fabular fue, para él, una manera de ser.
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