Los chicos soñadores, con texto e ilustraciones de Oskar Kokoschka, se publicó en 1908. Kokoschka tenía veintidós años y era alumno de la Escuela de Arte y Oficios de Viena. Había recibido el encargo de la Wiener Werkstätte de ilustrar un libro de fábulas, que en sus manos se transformó en una historia de amor cifrada.
Así lo explica Kokoschka en su autobiografía: «Mi primera obra gráfica completa, Los chicos soñadores, se publicó en 1908 en la editorial Wiener Werkstätte. En origen el encargo era ilustrar un libro para niños con litografías en color. Me ceñí al encargo solo en la primera litografía, las demás nacieron junto a mis versos como poesía libre en imágenes. Así la clasifiqué, ya que era una especie de relato a través de palabras e imágenes sobre la que entonces era mi condición espiritual. La heroína del poema, la chica Li «de los intrincados bosques de pájaros del norte», era una joven sueca que se llamaba Lilith. Ella también iba a la escuela de arte y llevaba una falda roja, tejida por manos campesinas, que no se acostumbraba a ver en Viena. El rojo es mi color favorito. Estaba enamorado de la chica. El libro fue mi primera carta de amor, pero ella ya no estaba en mi vida cuando el libro se publicó».
Oskar Kokoschka (1886-1980), hijo de un orfebre, comienza su carrera como pintor en la atmósfera de la Secesión vienesa, que en aquellos años tenía como principal protagonista a Gustav Klimt. Más tarde entra en contacto con el grupo expresionista alemán Die Brücke, aunque nunca perteneció oficialmente al movimiento. En 1917 frecuenta el grupo Dada y desde 1920 su pintura comenzó a alejarse del expresionismo para desarrollar una investigación personal a través de nuevas formas artísticas. En 1934, después de que los nazis etiquetaran su pintura como «arte degenerado», se muda a Praga y luego a Londres. Después de obtener la ciudadanía británica, en 1953 se estableció en Villeneuve, cerca del lago de Ginebra. Muere en 1980 a la edad de noventa y cuatro años.
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