Un expolicía, en silla de ruedas tras recibir un disparo en la espina dorsal, construye a través de tres momentos la vida de su agresor, el Gordo Granola, Antonio Granola, gánster al que persiguió por años y cuyo oficio está fundado en una especie de designio familiar.
Desde el primer relato, «Una genealogía», la historia de vida de Granola se cruza con la del Sr. Cavagnaro, con las de sus padres y abuelos, todas ellas relaciones familiares basadas en la sangre, en lo rotundo del mal y en el lugar de origen: Capitán Battista, poblado de inmigrantes italianos del sur de Chile que, a fuerza de machetes, lograron dominar la naturaleza. Entre estos pioneros están los abuelos de ambos y la sangre de uno de ellos corre por estas páginas.
En «Ocho balas» el Gordo Granola, ya un gánster consumado al servicio del Sr. Cavagnaro, aparece moribundo en un servicio de urgencias. Pese a los ocho impactos de bala sobrevive y durante su convalecencia encuentra el amor y decide casarse pero nuevamente la sangre correrá por las páginas, dándole un giro inesperado a su vida.
Y en «El revólver de la familia» nos encontramos a un Granola con párkinson, veinte años después de que ha huido del Sr. Cavagnaro. Este lo encuentra en el pueblo donde vive con otro nombre y ambos tienen por fin la oportunidad de volver al lugar de origen y cerrar sus respectivas historias y las de sus familias, en un enfrentamiento final igual de inolvidable que el diálogo que lo precede.
Simbolizada en un revólver Colt que pasa de padre a hijo y de este a nieto, la belleza de esta novela radica en la intimidad, en las relaciones de intimidad de sus personajes; intimidad entre padres e hijos, entre agresores y agredidos, entre gánsteres y jefes mafiosos. Y es este, quizás, el mayor logro de José Miguel Martínez: mostrar la profunda humanidad de estos seres arrojados al mundo para ejecutar el mal.
«[Tríptico de Granola es] una sorpresa muy grata… Una original construcción». Juan Carlos Galindo, El País
«Una novela que exuda violencia y romanticismo a partes iguales. Dividida en tres relatos independientes, el autor escenifica en épica de wéstern, a través de distintas épocas, la historia de odios, afectos y venganzas que marcan las vidas de Antonio Granola y Constantino Cavagnaro. Hombres despiadados, monstruosos, íconos de un tiempo perdido, cuya evidente inclinación por el mal no les impide conmover a quienes leen sus peripecias criminales». Gonzalo Hernández, El Mostrador
«Con ecos de El Padrino y la literatura de wéstern, la novela construye un universo sólido y magnético, con carácter propio y explora en la intimidad, en los afectos, lealtades y traiciones de personajes sombríos, que respiran y hablan con violencia». Andrés Gómez, La Tercera
«Un relato bullente de acción, movedizo, centrado en una estirpe maldita de hombres que se nutren de violencia […]. Martínez escribe con conocimiento del género wéstern y logra con ello generar una historia oscura y perversa de muy buena factura». Patricia Espinosa, Las Últimas Noticias
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