«Nunca podremos arrepentirnos lo bastante de no haber fusilado a Juan Rafael Allende», es la frase de Carlos Walker Martínez apropiada para introducir a Juan Rafael Allende (1848-1909). Con ella se alude no solo a la condena de muerte que pesó sobre él tras la derrota de Balmaceda, sino que también a las dos veces que fue excomulgado y a su permanente crítica a la institucionalidad social y política de fines del siglo XIX.
Estas manifestaciones ideológicas —muchas de ellas iracundas, injustas y exageradas, aunque fascinantes— las expresó a través de los más de veinte periódicos de sátira y caricatura política que editó a lo largo de su vida y que hicieron que el crítico Virgilio Figueroa lo llamara «el Voltaire chileno».
En los tiempos en que en Chile surge el refrán «la risa abunda en la boca de los tontos» y en que un erudito argumentaba que Jesucristo jamás había reído, aparece la dolida y ácida carcajada de Allende para instalarse de forma definitiva y desestabilizar los precarios supuestos a partir de los cuales los hombre intentantan articularse a través de un orden.
Nada más coherente para la continuidad de su vocación crítica y satírica que desarrollar una obra narrativa al amparo de la picaresca, género que desde el siglo XVI nos ha desnudado a través de una risa cruel, amarga, despiadada e incisiva, pero fresca.
Memorias de un perro escritas por su propia pata y Vida y milagros de un pije son las dos novelas picarescas de Juan Rafael Allende que recoge esta edición. Ambas fueron publicadas por entregas en su diario Poncio Pilatos y solo la primera de ellas fue posteriormente editada en volumen.
Esta edición contiene también el único texto biográfico existente sobre Juan Rafael Allende en el cual su autor, Arturo Blanco, reproduce extensos pasajes de una autobiografía que Allende compuso hacia el final de su vida y de la cual el único registro es este artículo.
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