Don Ángel, un misterioso viejo, emprende un viaje en el Chile de 1851. Quiere llegar a Concepción para abordar un barco hacia Punta Arenas, colonia penal en donde está destinado su hijo militar. En el trayecto, se suceden los peligros y hechos de violencia, convirtiéndose la novela en un wéstern que poco a poco revela el oscuro pasado del viejo y la doble intención de su travesía: salvar a su hijo de los graves problemas que intuye por las cartas que este le envía, y, cual vía crucis, ir en busca de su propia redención. Pero una vez que llega a Punta Arenas ya ha ocurrido lo peor, y el viaje se convierte en una caída sin retorno a los abismos del yo.
Hombres al sures una novela de estructura variada que en su lenguaje parodia las claves de los géneros de los que se sirve. Con un sincretismo irónico de los diversos elementos que la componen —como son el wéstern, la narración histórica del motín de Cambiaso, la revitalización de la «Carta al padre», y la recreación de la novela de aventuras y del «salvaje» siglo XIX chileno—, José Miguel Martínez concibe una novela que nos involucra hasta enfrentarnos a nuestros propios demonios y miedos, a la vez que vuelve a los temas con que deslumbrara en su colección de cuentos El diablo en Punitaqui: la violencia y sus escenarios y los mecanismos del mal.
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