Autor: Gabriela Mistral
Nacida como Lucila Godoy Alcayaga (Vicuña, 1889-Nueva York, 1957), Ganriela Mistral fue víctima en Chile de dos profundos malentendidos que debieran ocupar un lugar principalísimo cuando hablamos de lo que es la identidad chilena: celebrada mundialmente y galardonada con el Premio Nobel de Literatura en 1945, en Chile solo se le otorgó el Premio Nacional de Literatura en 1951. Y cuestionada en sus inicios como maestra por no contar con estudios universitarios formales, solo unos años después, en 1922, fue invitada por el ministro de Educación de México, José Vasconcelos, para que colaborara en la reforma educacional de ese país y en la fundación de bibliotecas populares.
Pero más allá de estas dos situaciones, ¿de dónde surge Gabriela Mistral? Podría decirse que su andadura comienza en 1905, cuando a los quince años comienza a trabajar como maestra y publica sus primeras colaboraciones en la prensa de la zona. Más tarde enseñó en Traiguén, Antofagasta, Los Andes, Santiago, Temuco, Punta Arenas. Es en 1914 que adopta su seudónimo en forma definitiva cuando con los poemas de «Sonetos de la muerte» gana un certamen literario. Y es en 1922, cuando recibe la invitación del Gobierno de México para trabajar en ese país, cuando comienza su vida de viajes y más viajes por el mundo, volviendo a Chile de manera intermitente en los siguientes años. A partir de 1932 inicia su carrera consular en la que representaría al país en Génova, Lisboa, Madrid, Guatemala, Los Ángeles y Nueva York.
Aunque no muy prolífica para publicar, obtuvo muy tempranamente reconocimiento internacional por su fundamental obra literaria, entre la que se cuentan los libros Desolación (1922), Lecturas para mujeres (1923), Ternura (1924), Tala (1938) y Lagar (1954).
Tras su muerte en 1957 se han publicado decenas de libros con materiales inéditos que ocupan a investigadores y mistralianos hasta el día de hoy.