Autor: Esopo

Para los griegos, Esopo fue el «inventor» o el Homero de la fábula. A tal extremo llegó su identificación con el género que fundó, que se llegó a negar su existencia ya que no se le consideraba «un hombre natural concreto», sino «un género fantástico», símbolo poético de la plebe como Homero lo fue de los héroes.

De Esopo no se tienen muchos datos concretos, pero con seguridad se dice que vivió en el siglo VI a. de C., por cuanto en el siglo V, en la época de Aristófanes, era ya muy popular en Atenas y las fábulas a él atribuidas se utilizaban como primer libro de lectura en las escuelas.

Se estima que hay al menos cuatrocientas fábulas de su autoría, algunas de ellas verdaderos ejemplos de narración precisa y directa. La sencillez y la brevedad constituyen las dotes de las fábulas de Esopo y los mensajes morales son claros. La prudencia y la moderación son las virtudes supremas, pero, con todo, no anda tampoco muy alejada la astucia, que sabe aprovecharse de la estupidez ajena.