«En todos los relatos de Ambrose Bierce hay una maleficencia sombría innegable, y algunos de sus cuentos son verdaderas cumbres de la literatura fantástica». Lovecraft
La magistral prosa del autor del célebre Diccionario del diablo, Ambrose Bierce, heredero literario de Edgar Allan Poe, Nathaniel Hawthorne y Herman Melville, deslumbra tanto por la lucidez y el cinismo de sus tramas como por la fascinación hacia el horror, la oscuridad y la muerte que destilan sus obras. Extraordinario cuentista, a Bierce le debemos algunos de los mejores relatos de terror de la historia de la literatura: La muerte de Halpin Frayser, El engendro maldito, Un habitante de Carcosa, Visiones de la noche o La ventana tapiada, incluidos en este imprescindible volumen.
Ambrose Gwinet Bierce nació en Hor Cave Creek (Ohio) el 24 de junio de 184 en una familia campesina y numerosa (era décimo de trece hermanos) de honda fe cavinista. Su padre, apasionado lector y amante de la aliteración, puso a todos sus hijos nombres que comenzaban con la letra A.
Cuando tenía 9 años comenzó a trabajar aprendiz en una imprenta, primero de los varios oficios que hubo de ejercer a lo largo de su vida: granjero, albañil, camarero, sereno, periodista. Al estallar la guerra de Secesión se alista como voluntario en el bando unionista. Los horrores que vivió durante esa contienda fueron una gran y dolorosa fuente de inspiración. Buena parte de su vida discurrió en San Francisco, donde colaboró en sus principales periódicos. Por la virulencia de su pluma se lo conocía como el hombre más perverso de San Francisco.
Los últimos trece años de su vida los pasó en el Este, revisando y recopilando su vasta obra: artículos periodísticos, ensayos, poemas y obras de ficción, entre los que destacan sus 93 relatos. En 1913, con más de 70 años, se adentra en México con la intención, al parecer, de incorporarse al ejército de Pancho Villa. Nunca más se volvió a saber de él.
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