El heresiarca y Cía. recoge el clima funambulesco, vibrante y abigarrado de los lugares y las gentes con los que Apollinaire tuvo que convivir. Un pintoresco panorama de una humanidad que aún puede reír, tener sueños y esperanzas, preocuparse por los pequeños problemas de la sagrada vida cotidiana, beber a la salud de la amada o los amigos, enamorarse locamente y cantar locamente a la belleza.
Guillaume Apollinaire (Wilhelm Apollinaris de Kostrowitzky; Roma, 1880-París, 1918), hijo natural de una aristócrata rusa de ascendencia polaca, vivió una existencia breve, intensa y azarosa. Pasó gran parte de su infancia en la Costa Azul. En Mónaco, donde estuvo interno en un colegio religioso, comenzó a inventar. Escribió sus primeros versos a los 13 años y ejerció los más variados oficios (negro literario de un autor de folletines, secretario en una oficina bursátil, preceptor, crítico en diversas publicaciones).
De su educación religiosa conservó el poeta un fondo de misticismo, germen posiblemente de su «gusto por la batalla teológica» que inspira algunos de los relatos de El Heresiarca y Cía.
Entre sus obras más importantes cabe destacar: El encantador en putrefacción (1909); El Heresiarca y Cía. (1910); Bestiario o el cortejo de Orfeo (1911); Alcoholes (1913), uno de sus poemarios fundamentales, que le catapulcó al parnaso de la poesía francesa; Los pintores cubistas (1913), encendida defensa del nuevo movimiento, y El poeta asesinado (1916).
Su último gran libro de poemas, y posiblemente su obra maestra, Caligramas, subtitulado Poemas de la paz y de la guerra, fue publicado el mismo año de su muerte (1918).
Ver más