«Me he propuesto escribir de la clemencia, oh Nerón César, para servirte en cierto modo de espejo, y, mostrándote tu imagen a ti mismo, hacerte llegar al placer más eminente. Porque si bien es cierto que el verdadero fruto de las buenas acciones está en haberlas realizado, y no se encuentra premio digno de la virtud fuera de ella misma, dulce es, sin embargo, la contemplación y examen de la buena conciencia».
Séneca es uno de los pocos filósofos romanos que siempre ha gozado de una gran aceptación y popularidad en el mundo occidental. Su obra ha sido admirada y celebrada por algunos de los pensadores e intelectuales más influyentes de la historia occidental: Erasmo de Rotterdam, Montaigne, Descartes, Rousseau, Thomas de Quincey, Dante o Balzac, entre otros. Séneca no escribió un tratado sistemático de filosofía, pero la originalidad de su pensamiento, sus ideas estoicas, aderezadas con elementos tomados del cinismo y del epicureísmo, discurren a lo largo de su producción e impregnan toda su obra.
Lucio Anneo Séneca, Séneca el joven, hijo del procurador Marco Anneo Séneca el Retórico, nació en Córdoba en el año 4 a. de C. Muy pronto se trasladó a Roma con su familia, donde completó su formación de retórico, jurista y filósofo. Extraordinario orador, fue nombrado pretor por el emperador Claudio. Sufrió destierro en Córcega durante ocho años y ejerció de preceptor y consejero de Nerón.
Acusado ante el emperador por envidia de su elevado puesto y su fabulosa fortuna, Séneca abandonó la corte, pero incriminado de nuevo de haber participado en una conjuración contra Nerón, fue condenado a muerte. Murió estoicamente, fiel a sus principios, en Roma, en el año 65 de nuestra era, cortándose las venas y bebiendo la cicuta.
Su filosofía es práctica y sus preocupaciones eminentemente éticas. A Séneca le interesa más la filosofía como forma de vida que como especulación teórica. La sabiduría y la virtud representan, en su opinión, la meta de la vida moral.
Escribió, o al menos se han conservado de él, nueve tragedias, una sátira contra el emperador Claudio, Apokolokyntosis, un tratado de Ciencias Naturales, Naturalium Quaestionum Ubri Septem, 11 diálogos morales, que se conservan en un manuscrito de la Biblioteca Ambrosiana, 124 Epístolas morales a Lucilio y una colección de epigramas.
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