«La mejor obertura para el existencialismo jamás escrita». Walter Kaufmann
En 1863 Dostoievski publicó Apuntes de invierno sobre impresiones de verano, una crónica plagada de ironía de su primer viaje por Europa, realizado el año anterior. Uno de los aspectos que más le impresionó fue la despersonalización que advirtió en las sociedades de Europa occidental, representadas principalmente por Londres y el París de Napoleón III.
Dostoievski centra su crítica principalmente en la sociedad francesa, cuyas costumbres y maneras sedujeron a las clases cultas de la Rusia zarista. Al aluvión de modernidad que encarnaba esa sociedad, el novelista opone, con la ironía que le caracteriza, la «inocencia» del pueblo ruso.
Como señala Nadiezhda Guennádievna en el esclarecedor epílogo del libro, se trata de «un boceto, preludio, gemelo no idéntico, de Memorias del subsuelo», una de sus obras más aclamadas, que el filósofo Walter Kaufmann caracterizó como «la mejor obertura para el existencialismo jamás escrita», por lo que Apuntes de invierno sobre impresiones de verano ofrece al lector las pistas necesarias para conocerla en toda su extensión.
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